Hacer de la oración un habito en tu vida.

Cuando en la palabra Dios nos dice que “Oremos sin cesar”, Dios; NO te está llamando a inclinar tu cabeza o arrodillarte y orar las 24hs del día. Él te está llamando a que como hijo vuelvas a la esencia.

Dios tiene la intención que la oración sea una parte integral y continua en tu vida cotidiana. Él quiere que vuelvas al origen de cuando él te creó con la intención de estar siempre en su presencia.

Para esto necesitamos redefinir el concepto de oración y desarrollar así este estilo de vida que Dios nos demanda. Orar es comunicarme con Dios, es hablar con Él. Cuando la biblia nos dice que oremos todo el tiempo nos está invitando a estar siempre conscientes de su presencia y abiertos a la comunicación constante con Dios a lo largo del día.

Aprendí que las oraciones sencillas, sinceras y llenas de fe siempre logran captar la atención de Dios. Desafortunadamente, a menudo pasamos por alto esto y convertimos nuestras oraciones en un gran espectáculo cuando en realidad, la oración es simplemente comunicación con Dios.     

Los que se excusan diciendo: “No tengo tiempo para orar o estar a solas con Dios”, viven afanados y turbado, es como tener un auto y decir: “No tengo tiempo para cargarle combustible”. Evidentemente te cansaras empujándolo y encima no llegaras a ningún lado.

¡Así que no te excuses!, no se trata de un lugar ni de una forma, no vivas de oraciones religiosamente “correctas”. No tienes que impresionarlo con tus palabras, simplemente el busca vivir la vida contigo y que lo invites a entrar todos los días.

Elige la mejor parte, la cual no te será quitada y busca su presencia, y a través de una vida de oración la relación de intimidad anhelada por tu Creador. Él quiere que hablemos con Él como lo haríamos con un amigo, como lo harías con un padre amoroso.

Me despido con esta palabra de parte de Dios para vos;

No te inquietes por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenta tus peticiones a Dios y dale gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús.

 

¡Que Dios te bendiga!

Por Patricia Guerrero