Una relación basada en el amor de Dios es la relación mas romántica

 

Creo firmemente que una relación basada en el amor de Dios es la relación más romántica. En ésta, tanto el hombre como la mujer saben sus roles y los practican. Pero también es cierto que, por alguna razón, hay una tendencia a perder ciertas cosas que enamoran a la pareja.

La palabra de Dios nos habla de la manera en el que el hombre debe tratar a su mujer, a tal punto de comparar el amor de Jesús al entregarse por la Iglesia. 

En la mayoría de los casos, podemos ver grandes diferencias en la manera en que nuestros padres y abuelos trataban a la mujer, frente a lo que hoy estamos acostumbrados a ver. Lamentablemente, con el tiempo se ha perdido en muchos casos la amabilidad para con la mujer, cuando para ellas este y otros elementos o detalles son los que más la enamoran y atraen. Como caballeros no podemos dejar que la costumbre o monotonía -y mucho menos el mal trato- se apoderen de nuestra relación.

A continuación veamos algunas prácticas que no son tan comunes hoy en día, pero que podemos traer a nuestra relación para conquistar cada día a la mujer que Dios puso a nuestro lado.

Las palabras. “¡Qué hermosa estás!”, “¡Estás cada vez más linda, te amo!”. Estas son palabras que a veces usamos solo en momentos especiales, aniversarios, cumpleaños, pero que podemos también -y deberíamos- utilizarlas un día común, en un almuerzo, haciendo deporte etc.

Ella es importante. Al llegar a la mesa, separar la silla para que se siente; o al entrar en algún lugar, abrirle la puerta; darle el abrigo si tiene frío. En estos detalles podemos mostrarles lo importantes y valiosas que son para nosotros. 

Regalos. No me refiero a lo material sino al detalle: un chocolate, unas flores; se trata de obsequios que no valen por su precio  sino por el interés del caballero de que la mujer disfrute algo que no estaba esperando

Salidas no programadas. En medio de rutinas y trabajo llevarla al cine, a comer algo. E intentar esforzarnos para ir sorpresivamente a ese lugar que a ella tanto le gusta, sin que sea en fechas especiales como el aniversario. Solo pasar tiempo especial con esa persona.

Puntos  a cuidar

Los celulares. Cuando estamos compartiendo momentos juntos, al mirar el celular estamos diciendo “esto es más importante”; y en estos tiempos, esa práctica se ha vuelto muy común.  Muchas veces ya no nos miramos a los ojos, y la comunicación pareciera desaparecer.

El trabajo. Demasiado trabajo y poco tiempo para disfrutar con la pareja, sumado esto al estrés, son un peligroso combo que muchas veces nos lleva a perder el romanticismo, ¡y hasta nos olvidemos de fechas importantes! Todo es cuestión de ordenarnos.

Responsabilidades varias. Son una bendición, pero pueden ser un problema si queremos pasar tiempo de calidad con nuestro conyuge. Tratemos de no tomar tantas responsabilidades, que terminen desenfocándonos o trayendo menos tiempo a nuestra relación.

Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo”. Efesios 5: 25-28

 

Por Tito Servín |Líder Juvenil

 

Gentileza| REVISTA SOMOS UNO