Hoy en día, se habla mucho de igualdad y libertad. ¿Pero qué es la verdadera libertad?
La libertad en Cristo puesta en acción. Hoy en día, se habla mucho de igualdad y libertad. ¿Pero qué es la verdadera libertad?
Hay quienes creen que la verdadera libertad significa poder hacer todo lo que uno quiera sin importar las consecuencias. Se ha definido también como la capacidad para tomar decisiones y llevarlas a cabo.
“Desde el punto de vista jurídico, los hombres son libres cuando la sociedad no les impone límites injustos, innecesarios o irrazonables”.
De esto se deduce que, para que todos los miembros de una sociedad se puedan beneficiar de la libertad, en la práctica hacen falta ciertos límites.
¿Pero, quien tiene el derecho de determinar estos límites?
Dios es El creador de todas las cosas, soberano y todopoderoso; es el único digno de establecer los límites justos, necesarios y razonables para vivir en Libertad. Entonces; SUS límites establecidos en su palabra perfectamente equilibrado con nuestra libertad de decidir es lo que realmente nos hace libres. Sus límites no se tratan de lo que no podemos hacer, sino de la invaluable protección y beneficio que estos límites nos dan para que TODO LO PODAMOS hacer todo en Cristo.
En Santiago 1:25 la palabra nos dice que el que mira atentamente en la ley perfecta, la de la libertad y el que persevera en ella es el que vivirá bienaventurado.
Con esto, hoy quiero animarte a que tomes una decisión; y esta es que TODO lo estimes como pérdida comparado con valor de conocer a Cristo Jesús y gozar de la libertad gloriosa que tenemos los hijos de Dios. Cristo vino a liberarnos de una vida miserable. Libres del temor, de la duda, de la culpa, condenación, depresión. Esta es la verdadera libertad que nos permite avanzar y hacer todo aquello para lo cual fuimos creados. Deja que la ley perfecta, la de la libertad persevere e influya en tu mente y corazón. No caigas en el error de Eva, quien se dejó engañar por Satanás y creyó que las normas divinas eran demasiado restrictivas.
Viva la verdad, haz de ella tu forma de vida y proyéctate a experimentar esa libertad gloriosa de los hijos de Dios.
¡Dios te bendiga!
Por Patricia Guerrero.
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