La esperanza para este tiempo oscuro que estamos viviendo, es que los hijos de Dios se manifiesten.

 

El propósito de todo Hijo de Dios es que te conviertas en un pequeño Cristo. Es decir, ser más semejante a Jesús y Él sea reflejado en tu vida. La esperanza para este tiempo oscuro que estamos viviendo, es que los hijos de Dios se manifiesten.

Cuando Jesús nos habló de que nosotros haríamos lo que El hacía, y aun cosas mayores el no solo nos hablaba de milagros visibles que servirían para señal, sino que Él nos estaba diciendo que nuestras obras de amor y nuestro mensaje de vida en unión con Cristo y su cuerpo señalarán a las personas la gloria de Hijo de Dios resucitado.

¿Pero y como logramos eso?

Jesús nos habló en su palabra de la necesidad de congregarnos. Nadie podrá alcanzar el propósito de Dios en nuestras vidas y llegar a mi destino profético si no nos valemos los unos a los otros.

La célula es tu pequeña congregación. Ahí te alimentas, nutrís y recibís el poder del Espíritu Santo para ir y hacer discípulos y ser testigo de El hasta lo último de la tierra. ¡Ser parte de un equipo para alcanzar la plenitud de Cristo y hacer cosas grandes! Esa es la voluntad de Dios para tu vida.

Necesitamos de la gracia, la unción, las habilidades, dones y los talentos de otras personas.

Jesús tuvo su “célula” conformada por 12 discípulos. Hechos de los apóstoles nos muestra las hazañas de esta célula y hoy podemos gozar del impacto del ministerio de ellos 2000 años más tarde.

¡Hay un legado que Dios quiere dejar a través de tu célula, si ya sos parte de una plántate en ella y desafía a tu grupo a ir tras el propósito de Dios! Si no estás en una; ¡te animo a que no te prives de descubrir tus dones, talentos y el propósito de Dios para tu vida a través de una célula!

¡Hay poder en la unión, Dios esta cuando dos o más están reunidos en su nombre!

¡Que Dios te bendiga!

 

Por Patricia Guerrero