El mundo está rodeado de sonidos, sean naturales o creados por el hombre, miles de distracciones por segundo.

El mundo está rodeado de sonidos, sean naturales o creados por el hombre, miles de distracciones por segundo.

Así como el leñador necesita afilar el hacha al iniciar su día. El hijo de Dios necesita escuchar la voz de su padre para tener un día bien encaminado.

Isaias 55:8-9 (NTV)

 “Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.”

Al apagar los ruidos de nuestro alrededor, prestando atención a Dios de tal forma en la que podemos atender a su voz con mayor claridad. Él tiene palabras puntuales para tu día, para todos tus asuntos, hasta el más mínimo detalle. Él desea tu bien y tu seguridad en Jesús. Tu padre te ama y desea guiarte en sus sendas.

¿Te animarías a hacer silencio, y escuchar su voz?

Por Thais Catanas