Nosotros los Hijos de Dios debemos florecer para manifestar su belleza y santidad.

La creación revela la Gloria de Dios y así como vemos en esta época; florecer a la naturaleza para reflejar la hermosura de Dios, así también nosotros los Hijos debemos florecer para manifestar su belleza y santidad.

La palabra nos es clara cuando nos enseña que Dios no solo espera que nosotros seamos salvos y vayamos a una eternidad con El, sino que quiere que en esta vida podamos llevar mucho fruto. En Juan 15:8 vemos que el que nosotros seamos fructíferos le glorifica a nuestro Padre celestial. ¿Y que puede ser más satisfactorio que vivir una vida que muestre la Gloria de Dios? De eso se trata nuestro paso por la tierra, de que Cristo pueda ser formado en nosotros. Para esto debemos buscar desarrollar las cualidades y actitudes semejantes a las que el tenia. Y qué mejor que busquemos el fruto del espíritu santo que es AMOR para mostrar a un Dios que es AMOR.

Hoy te quiero invitar a que te concentres en contemplar la hermosura de Dios y como en un espejo y a cara descubierta permitas que el Espíritu Santo te transforme y desarrolle el fruto de AMOR que también es gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Estas son las virtudes que hacen a la esencia de todo Hijo de Dios; y que van a hacer una diferencia en tu vida.

Estamos entrando en una nueva temporada. Y así como habla en Eclesiastés, para Dios hay tiempo para todo. Hoy quiero declarar sobre tu vida que estas entrando en la temporada para Florecer y manifestar a toda la creación la Gloria de nuestro Dios. Y que por tus frutos te conocerán y a través tuyo conocerán a Jesús.

Por Patricia Guerrero.